Casi todas las voces, casi todas.

Si puede usted señor lector, grabar en un archivo sonoro su lectura del siguiente párrafo, me encantaría que me lo hiciera llegar.
Bueno, y había un idioma llamado español, que tenía una variedad de acentos, aquí en la lectura de este párrafo una muestra de ellos.

Ahora acabo de condensarme, soy lo suficientemente grande y pesado para empezar mi vida vertical como una individualidad identificable, abandono a mi coloidal hogar, es momento de ser uno, es hora de empezar a viajar al destino, de percibir el mundo como cercanía. En breve tocaré algo y rebotaré, retornare esparcido y seré absorbido, pronto seré vegetal. Pero ahora sólo aguardo mientras adquiero más velocidad y veo todo con más detalle, lo he hecho tantas veces y me sigue asombrando, casi que puedo hacerme uno con la textura que está esperando, ahora me apresuro a mi destino con el horizonte que se va cerrando, me va trayendo la oportunidad de ser algo más grande, de participar en la vida del mundo, no llegare a esperar evaporarme, esta vez nutriré al vegetal, formaré parte del verde, seré verde, espero y ansioso choco por fin.
Cae en el tejado una gota limpia, pero rebota en la calle y es gris. Gris como todas las otras veces que ha caído en estos últimos años, sólo queda esperar ascender de nuevo y tener más suerte, algún día hallara el verde que busca. No puede ser cierto lo que le susurra el viento sobre que ya no queda nada más de ese color, que de hecho queda muy poco que no sea amarillo o rojo.